LA SEGUNDA PLANTA 12 de Octubre

LA SEGUNDA PLANTA

El Domingo empezó como otro cualquiera pero pronto el cuerpo empezaría a relatar su propio guión con banda sonora incluida, ya conocida pero nunca esperada y poco agradecida, acompasando pinchazos y gemidos, gestos y posturas que no auguraban nada bueno. Tras un duro camino a casa y algunas horas en la soledad del dormitorio en compañía de mi rebelde y sufrido abdomen, busco alivio en las sabias manos de quien sabe y puede en mi madrileño 12 de Octubre. Protocolo habitual, planta baja de urgencias, largas esperas, intenso trasiego de sillas, camas y caminantes que de madrugada desembocan en diagnóstico e ingreso. La saturación de pacientes y escasez de camas no dejan mucha alternativa, subimos una planta, la primera, box de observación para un largo Lunes a caballo entre el dolor y el aburrimiento. La noche del Lunes traería un pan bajo el ala, una habitación, una cama libre, otro peldaño que subir, ya estamos aquí, la segunda planta, es neurología, no digestivo pero para mi un regalo. Son las 23:00 de la noche, un breve saludo al inquilino de mi nuevo alojamiento, estreno mi nueva cama y busco mi segunda noche con el ir y venir habitual que no permite encadenar ratos muy largos de silencio y reposo y en esos intervalos voy encontrando mis espacios de relax. Lo que después acontece es el recorrido de la semana en la segunda planta, un par de excelentes compañeros de tertulia y desvelos, Angel y su encantadora esposa Eugenia, gran pareja que guardo en mi rincón de las cosas buenas. Y no menos encantadora y adorable pareja de baile en José y su gran Marta, otro regalito para mi mochila. Si a eso le añadimos el equipazo humano de la segunda planta del 12-O, el resultado del cocktail es un rico jarabe que endulza una semana de dolores de más a menos, pruebas y más pruebas, aburrimiento hospitalario y demás sin sabores. Con suerte el Lunes tocará retreta, fin de fiesta, bandera a cuadros y vuelta a mi ansiada rutina de casa y trabajo dejando esto en otro capitulo sin más de las memorias de mi camino. Gracias a toda la segunda planta, del primero al último, por tanto y tan bueno. Gracias a mis parejas de fiesta de la 258 por su compañía y simpatía, mi deseo sincero para ambos y sus familias de salud y felicidad y hasta siempre.

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